Un 3 de julio, de 1982, Mumia Abu-Jamal fue condenado a muerte

Mumi Abu JamalUN DÍA COMO ÉSTE, EL 3 DE JULIO DE 1982, MUMIA ABU-JAMAL FUE CONDENADO A MUERTE.

El juez Albert Sabo había puesto el juicio en el fast track para que el jurado y todos los oficiales pudieran ir a disfrutar de su Día de Independencia, el 4 de julio.

El día 2 de julio el jurado había encontrado a Mumia culpable del asesinato del policía Daniel Faulkner después de un juicio que duró 15 días. Aunque Mumia quiso actuar como su propio abogado con la asesoría de John África, el juez le negó su derecho a defenderse y le echó del salón varias veces.

En un momento el sub-fiscal Joseph McGill le preguntó a Mumia por qué no se había levantado cada vez que el juez entraba en la corte. Respondió: “Porque el juez Sabo no merece honor…porque opera por la fuerza y no por la razón…. porque es un verdugo, un juez de la horca….por eso.”

Recordemos que el primer día del juicio Sabo le había dicho a un colega: “Yo les voy a ayudar a freír al nigger” (según la declaración jurada de la estenógrafa Terri Maurer-Carter).

Durante 15 días Sabo colaboró con McGill para excluir a los candidatos negros del jurado, presentar una falsa “confesión” de Mumia; presentar testimonio de testigos reclutados y coaccionados por la policía; dar la impresión al jurado que las únicas personas presentes en la escena eran Faulkner, Mumia y su hermano Billy Cook; ocultar del jurado pruebas favorables a Mumia que hubieran confirmado la fabricación de la confesión y la presencia en la escena de una cuarta persona ––el probable asesino.

Según el analista J. Patrick O’Connor, el asunto # 1 en la agenda de McGill aquel 3 de julio era asegurar que el jurado se enterara de la historia de Mumia Abu-Jamal con el partido Panteras Negras, una historia que el periodista asumió con orgullo.

Al final McGill les agradeció a los integrantes del jurado su valentía y les invitó a tomar su decisión sin sentirse intimidados, una obvia referencia a los integrantes de MOVE que asistían al juicio en su apoyo. No hizo ninguna referencia a las decenas de integrantes de la Orden Fraternal de Policía (FOP) que también asistían al juicio diariamente para intimidar al jurado y los testigos.

Aquel 3 de julio, hace 32 años, el jurado deliberó sólo cuatro horas antes de anunciar la sentencia deseada por McGill, Sabo y la FOP: la muerte.

Mumia, siempre astuto, agregó después: “No sólo quieren mi muerte, sino mi silencio”.

Después de que él pasó casi tres décadas en condiciones de tortura en el pasillo de la muerte, la Suprema Corte de Estados Unidos por fin declaró la pena de muerte anti-constitucional el 11 de octubre de 2011. El siguiente 7 de diciembre, la Fiscalía de Filadelfia, la FOP y la viuda Maureen Faulkner por fin desistieron en sus esfuerzos para reimponerla. Ahora pretenden que él muera lentamente en prisión. O como dice Mumia, “Ahora estoy en el slow death row”.

Naturalmente, la meta principal de nuestro movimiento es lograr su libertad. La meta de la FOP, por otro lado, siempre tiene campañas en los medios para criminalizar a Mumia––y no sólo a él sino a las organizaciones que son parte de su historia de lucha–– para justificar su encarcelamiento. No duda en intimidar o castigar a cualquier persona o grupo que lo apoye, o presionar a cualquier juez, fiscal, político o autoridad que intente mostrar la más mínima imparcialidad en el caso. Esto incluye a las autoridades carcelarias.

Pero no siempre logran todo lo que quieren.

Hace un par de semanas el propio Mumia enfrentó una maniobra para bloquear las visitas de su agente literaria Frances Goldin ––y ganó! ¿Cómo lo hizo? Esta vez recurrió a sus habilidades como abogado autodidacta. Se sabe que en 2009, él escribió su sexto libro sobre los jailhouse lawyers,* es decir, los abogados desde la cárcel, generalmente autodidactas, que manejan sus propios casos y defienden a otros presos. Pero en este libro, Mumia casi no habla de sus propios conocimientos y habilidades jurídicos.

¿Cuál fue la situación de las visitas prohibidas? Frances Goldin es una atrevida mujer que ha encontrado editoriales para publicar todos los libros de Mumia. A sus 90 años, sigue peleando para difundir su palabra. Durante muchos años ella había visitado a Mumia en prisión cada tres meses y también a otros presos, pero hace un par de años ella fue censurada por las autoridades carcelarias por haber enviado inadvertidamente una foto a otro preso de ella semidesnuda en su cama leyendo un libro. Las autoridades aprovecharon de esta situación para prohibir sus visitas de contacto físico con Mumia; sólo se permitirían visitas a través de un plexiglas, como cuando él estaba en el pasillo de la muerte.

Mumia, indispuesto a aceptar esta maniobra, escribió y presentó un documento legal, citando un caso de la Suprema Corte y alegando que las otras circunstancias no tenían nada que ver con él y que la prohibición fue una violación de sus derechos. El pasado 11 de junio, dos guardias de camisa blanca le avisaron que él había ganado el caso y que podría tener una visita “normal” con su agente literaria, lo que ocurrió unos días después.

Ahora un enfoque del movimiento internacional con base en Filadelfia es poner la FOP en el banquillo de los acusados. Otro enfoque es presionar al fiscal Seth Williams, quien recientemente anunció la formación de una nueva unidad para revisar posibles condenas falsas, a revisar el caso de Mumia, celebrando una audiencia pública con la presentación de todas las pruebas a su favor.

Mumia, desde su celda sigue escribiendo en contra de las cárceles y en apoyo a todos los presos y presas políticas, entre muchos otros temas. Ahora 32 años después de su condena a muerte, nos toca llevarlo a casa. Súmate al esfuerzo.

¡Libertad a Mumia y todos los presos y presas políticas! ¡Muerte al sistema carcelario!

Amig@s de Mumia de México

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