La amnesia colectiva es una de las estrategias de perpetuación del capitalismo. Hasta hace pocos años el 12 de octubre nos obligaban a celebrar el “Día del descubrimiento de América”, como si antes del 12 de octubre de 1492 el continente hubiese estado despoblado. A cambio nos hablaban de que había estado habitado por salvajes, incivilizados, subhumanos sin derecho a la historia, a la civilización, al mundo moderno y por tanto sin derecho a la vida (eso todavía se cree en muchas partes del continente, baste ver la inmensa serie de conflictos socioambientales contra pueblos indígenas).
Jamás explicaban que el “descubrimiento” era una instución medieval para apropiarse de territorios por despojo. Nos presentaban así la invasión, llamada conquista como un acto civilizatorio. La misma propaganda de la invasión, en forma de “Relaciones” y “Crónicas” abunda en justificaciones para la invasión, como los “sacrificios humanos”.
Aún hoy en día en la academia se habla de innumerables “sacrificios humanos” en América, unos pocos herejes académicos hablan de que no existen pruebas de tales sacrificios, señalan que la iconografía que se refiere a sacrificios humanos es metafórica.
Se intentó así borrar la cultura, la cosmogonía y la historia de cientos y miles de pueblos que habitaban el continente desde la noche oscura de los tiempos.
También de la memoria se borraron a los pueblos que se aliaron con los invasores para completar la conquista y luego ser sojuzgados hasta hoy en día.
Se borró también la resistencia de quienes por décadas y siglos resistieron a la invasión, llevando el avance de los invasores a punto muerto y a la retirada en diversas zonas del continente.
Se borró la larga historia de la solidaridad entre los pueblos, tan añeja como los días de la invasión, y que se ha vuelto una larga tradición, reiterada en el siglo XX y lo que corre del XXI, la tradición del internacionalismo.
Desde la invasión muchas resistencias se han hilado por quienes recuerdan, quienes hilan esa memoria y encuentran caminos que vienen de lejos y van lejos.
El análisis de esa historia que está escrita de por sí en el paisaje es otra herramienta necesaria para quienes resisten y luchan y van caminando esos viejos caminos que llevan lejos y rejuvenecen cuando quienes recuerdan caminan.
Hoy recordamos el inicio de la invasión, que dió lugar a una de las series de genocidios más graves y más extendidos en la historia de la humanidad. Y recordamos a quienes estos 522 han luchado y resistido, también haciendo memoria y analizando la historia, honrando a las abuelas y los abuelos, a la historia de quienes fueron, y a la historia de quienes vendrán.
Contra la amnnesia la memoria, que recuerda y que lucha.