La UNAM, ocupada por el ejército mexicano desde la década de los 60.

18 de septiembre de 1968 Ocupacion militar de CU

Primera plana de El Universal del 19 de septiembre de 1968

1966-1968

El 18 de septiembre de 1968 10 mil soldados entran a Ciudad Universitaria. La Secretaría de Gobernación aseveró que “los locales habían sido ocupados ilegalmente por personas antisociales y posiblemente delictuosas”.

El supuesto objetivo: recuperar Ciudad Universitaria de manos del ‘poder estudiantil (sic), según refiere el libro blanco del 68, elaborado en esos años por la Procuraduría General de la República (PGR).

Anterior a esta fecha, en el año de 1966, el Congreso de Michocán pidió la intervención militar para reprimir y disolver las protestas estudiantiles y populares contra el alza injustificada en el transporte público. El 8 de octubre se realizó un mitin en la plaza principal de Morelia cuando repentinamente el Ejército rodeó la plaza y las personas echaron a correr, algunos al Colegio de San Nicolás donde los soldados entraron y detuvieron a muchos universitarios. Los militares también penetraron en el Sanatorio de la Luz donde detuvieron a médicos, enfermeros y enfermos, desalojaron el internado de enfermeras y lo mismo hicieron con las universitarias de la casa del estudiante femenil Juana Pavón (ahora Escuela de Letras).

Al igual que en Morelia, pero el 30 de julio de 1968, en el Distrito Federal, a petición de Echeverría (Secretario de Gobernación) y con la autorización de Díaz Ordaz, los militares salen de sus cuarteles para dirigirse a las preparatorias, 1, 2, 3 y 5 ocupándolas para reprimir y detener estudiantes. Tras cientos de heridos y detenidos, el movimiento comenzó a crecer hasta que las escuelas del IPN, de la UNAM, de Chapingo y varias Universidades de los estados de la República, se declararon en huelga; se les unieron la Coalición de Profesores de Enseñanza Media Superior y algunas universidades particulares.

El regente de la ciudad Alfonso Corona Del Rosal declara a los medios: “Existe un plan de subversión y agitación perfectamente planeado… En mi opinión, se trata de elementos del partido comunista”; y el Secretario De Gobernación, Luis Echeverría afirma: “condeno los intereses mezquinos e ingenuos que pretenden desviar el movimiento ascendente de la revolución mexicana”.

Durante su IV Informe de Gobierno, el presidente Gustavo Díaz Ordaz denuncia un intento de boicotear los Juegos Olímpicos. Y sentencia: “Hemos sido tolerantes hasta excesos criticados, pero todo tiene un límite y no podemos permitir ya que se siga quebrantando irremisiblemente el orden jurídico, como a los ojos de todo el mundo ha venido sucediendo (…) La injuria no me ofende, la calumnia no me llega, el odio no ha nacido en mí (…) ¡Qué grave daño hacen los modernos filósofos de la destrucción, que están en contra de todo y a favor de nada!”

                                     


El movimiento estudiantil le responde con la “Manifestación del Silencio”. Se calcula que 250.000 personas asistieron. La manifestación fue del Museo de Antropología al Zócalo.

El 15 de septiembre de 1968 los estudiantes en lucha celebran el Grito de Independencia en la UNAM, en Zacatenco, en el Casco de Santo Tomás, en el Politécnico y en la Vocacional 7.

La marcha del silencio, la celebración de grito de independencia por parte de la comunidad estudiantil. pararla a la de Díaz ordaz, son algunos de los antecedentes que provocan la entrada de militares a ciudad universitaria, por ordenes de su comandante en jefe: el Presidente de México. Los soldados desalojan de las instalaciones universitarias a los estudiantes y padres de familia (que en ese momento, celebraban una asamblea en la Escuela de Economía, así como a maestros, funcionarios y empleados de la UNAM. Todos ellos son transportados en vehículos militares y conducidos a la explanada de la rectoría.

El ejército informa de 1.500 detenidos. El PRI apoya la invasión, y expresa solidaridad y confianza en el gobierno. Los empresarios apoyan también lo que califican como “acción de orden”.

Y el Consejo Nacional de Huelga responde: “Frente a un poder público cada vez más reaccionario y desprestigiado, se levanta una lucha cada vez más popular y decidida”.

El 21 de septiembre de 1968 militares y policías se enfrentan a estudiantes del IPN, en el Casco de Santo Tomás, el enfrentamiento duró casi doce horas, desde las 17:00 horas del 23 de septiembre hasta el amanecer del día 24, cuando cae la última trinchera estudiantil.

Los estudiantes pelearon con piedras, palos, resorteras, tubos, bazucas hechizas, bombas de gasolina y balas de clavos. Los operativos culminan con la ocupación de Zacatenco, las vocacionales 7, 6 y 3, cercanas a Santo Tomás. La comunidad estudiantil demandó la salida de los soldados de los centros Universitarios

El Consejo Nacional de Huelga (CNH) demandó la salida inmediata de las fuerzas policíacas y militares de los planteles politécnicos y universitarios, la libertad de todos los detenidos y el cese absoluto de la represión, así como el rechazo al regreso a clases, y anuncia un mitin para el día siguiente en la Plaza de las Tres Culturas (2 de octubre), en la Unidad Habitacional de Nonoalco-Tlatelolco, y de ahí una manifestación al Casco de Santo Tomás para solicitar la desocupación de los planteles.

1999-200

El 20 de abril de 1999 el Consejo General de Huelga decretó el paro en la UNAM en repudio al aumento de cuotas que aprobó en una sesión el Consejo Universitario. Gran parte de la comunidad universitaria calificó de manipulada esta votación ya que a varios consejeros estudiantiles no se les avisó de la reunión donde se “discutió” el aumento.

Como consecuencia miles de estudiantes ocuparon Ciudad Universitaria por 297 días, hasta que el 6 de febrero del año 2000, aproximadamente 2500 policías federales, al mando del almirante Wilfrido Robledo, entrenados por militares, tomaron CU. Los militares, con pasamontañas, chalecos antibalas y cascos de campaña, aprehenden al pleno del Consejo General de Huelga, CGH,

Se dijo que está toma fue ordenada por la jueza segundo de distrito, María del Carmen Flores Cervantes, en un acuerdo que dictó el 4 de febrero del 2000, por el cual ordenó al procurador Jorge Madrazo la restitución de los bienes de la universidad a las autoridades universitarias. Señalando que los detenidos están cometiendo flagrantemente el delito de despojo denunciado por varias personas, entre ellas las propias autoridades de la UNAM. Enseguida se inicia el desalojo y traslado en 14 camiones, de 432 integrantes del CGH.

Este ordenamiento judicial no fue más que la pantalla para acabar con el movimiento estudiantil. Los empresarios, llegaron a pedir el cierre de la UNAM; la clase media alta también se manifestó en contra de la huelga, con sus automóviles tocando el claxon.

Como en el año 66 y 68, empresarios y burócratas de alto nivel (Zedillo, Rosario Robles, de la Fuente, Barnés…) se pusieron de acuerdo para mandar al ejército y apagar una protesta estudiantil más.

En el año 2014, en el marco de las protestas donde se exige la presentación con vida de 43 normalistas rurales detenidos desaparecidos por la policía mexicana, el hostigamiento policial, en el DF, contra estudiantes continúa, siendo el auditorio Che Guevara y sus alrededores los espacios más asediados.

El sábado 15 de noviembre de 2014 un grupo de policías de investigación a bordo de un automóvil, que posteriormente abandonaron en el lugar, hostigaron y dispararon contra estudiantes de la UNAM.

La respuesta de las autoridades de la UNAM fue: “se buscaba un celular robado”.

Esta acción no es un hecho aislado las personas que trabajan, colaboran, asisten, al Auditorio Che Guevara han sido testigos de intentos de desalojo de un espacio estudiantil de critica a las relaciones de poder, a las relaciones de contubernio entre autoridades de la UNAM y Gobierno local y Federal.

Por ejemplo: El pasado 3 de marzo de 2014, aniversario de uno de los grupos porriles de la UNAM -llamado así, 3 de marzo- sorprendió  la guardia de compañeros que se encontraba en el Auditorio Che Guevara. Eran aproximadamente las 4.30 am; Armados al menos con una pistola, una metralleta de postas, chalecos antibalas, picanas eléctricas, toletes, macanas, tubos y cuchillos, el grupo porril, compuesto por hombres y mujeres en número de hasta 30 o 35 personas, comenzó a derribar la puerta de las catacumbas a fuerza de mazos, cinceles, soplete y alicatas para cortar cadenas y candados. La guardia de compañeros hizo frente a quienes pretendían derribar la puerta. Enseguida, sin embargo, se vieron sorprendidos por otra brigada porril que había logrado entrar por la puerta principal del ala norte. No sin resistencia los compañeros fueron sometidos, golpeados brutalmente, torturados y humillados -al más puro estilo paramilitar. A cada insulto le seguía un andanada de golpes y amenazas. Después de fotografiarlos y estando amarrados de manos y algunos de pie, los porros hicieron caminar a los compañeros, cual ley fuga, a empujones e insultos, hasta insurgentes.  Y Apenas comenzaba la historia.

 De regreso de su viaje a China Enrique Peña Nieto declara: “lamentó los hechos de violencia registrados tras la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa” y advirtió que el Estado está dispuesto al diálogo, pero facultado para usar la fuerza “cuando se ha agotado cualquier otro mecanismos para restablecer el orden. Yo aspiro y espero (…) que no lleguemos a este extremo”.

Así como díaz ordaz declaró en su momento: “Un mano tendida; es la mano de un hombre que a través de la pequeña historia de su vida ha sabido ser leal. Los mexicanos dirán si esa mano se queda tendida en el aire”; 2 meses después fue la matanza de Tlatelolco.

 

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