15 de diciembre de 2014.- Ayer muchos y muchas nos reportaban que a los celulares estaba llegando un reporte noticioso de una empresa “informativa” donde informaba de policías federales heridos y carros quemados en Chilpancingo.
Ese reporte no contaba que por la madrugada, policías federales habían realizado un operativo en el monumento a Nicolás Bravo en Chilpancingo, contra estudiantes normalistas de Ayotzinapa, profesores de la CETEG, personas de organizaciones solidarias y medios libres presentes.
Tampoco contó que el operativo simuló empezar como una agresión espontánea de policías borrachos prepotentes, pero que luego el operativo en tres ataques nada espontáneos con cientos de policías hirió a 17 personas entre normalistas, profesores, personas solidarias, periodistas comerciales y mediolibristas, y detuvo a 9.
El reporte tampoco decía que los policías federales regularmente son militares comisionados en la policía federal o exmilitares transferidos a ese cuerpo. O sea que el ataque policial en Chilpancingo en realidad era un ataque militar disfrazado de policial.
Finalmente, el reporte dejaba de decir, que los estudiantes normalistas, los profesores y las demás personas solidarias estaban ahí para empezar a instalar todo lo necesario para el concierto “Una luz en la obscuridad”, que seguiría reclamando la presentación inmediata con vida de los 43 estudiantes desaparecidos por el gobierno mexicano la noche del 26 de septiembre de 2014, y haría un acopio de víveres para continuar en la resistencia buscando a los 43.
Los reportes por celular también son terreno propicio para el cerco informativo. Infórmate de primera mano, por los medios libres, comparte la información o permite que te desinformen los medios comerciales aliados con el gobierno mexicano.