A 37 días de tu desaparición y de la de tus 42 compañeros, nosotros, nosotras te nombramos Bernardo Flores Alcaraz. Recordamos que vas en segundo, que te gusta el basquet, que cuando regresas a tu casa te vas sembrar la tierra junto a tu papá.
Recordamos también que eres uno de los 2 de los 43 que son familiares de Lucio Cabañas, quien también estudió en Ayotzinapa, que eres de San Juan de las Flores, del municipio de Atoya, que tus compas te pusieron el Cochiloco, tras ver la peli esa de El Infierno.
Te recordamos y decimos tu nombre Bernardo mientras una banca te espera en una escuela, en un centro comunitario y en un espacio de lucha en muchas parte de México y del mundo, por que un montón de comunidades estudiantiles, comunidades y espacios de lucha tienen 43 bancas en fila donde les esperan a los 43.
1.- Bernardo tiene 21 años, y es una copia fiel de su padre, pero en chiquito. “Él es mi hijo –dice el señor, quien omite mencionar su nombre, como todos aquí, por temor a la persecución de los grupos criminales y las autoridades coludidas con ellos–. Bernardo tiene en su pecho un lunar, como una manita de gato… Él es un muchacho responsable en la casa y en la escuela. Yo soy campesino y él tenía mucha ilusión de ser maestro, de ayudar a los niños y a los señores adultos que no saben leer ni escribir. En nuestra comunidad hay mucha gente que está rezagada en educación y su ilusión era ayudar… No es posible que le hagan esto a los muchachos, su único delito fue estar estudiando, ir a recabar fondos para hacer sus prácticas, no se vale que les trunquen sus carreras, sus vidas, y no porque yo crea que ellos están muertos, sino que me refiero a los muchachitos que quedaron tirados, muertos, por el ataque del 26-27 de septiembre, que fue una noche de terror…”