1.- “Mi marido Damián Arnulfo Marcos (traducción), sufre mucho, está muy dolido, no duerme, no come, extraña mucho a Felipe, siempre me habla de él. Cuando estamos en la Ve’e ka’vi (escuela), me platica de sus recuerdos, de aquellos días que nuestro hijo hacía mandado, cuando venía a la casa, se encargaba de limpiar la milpa, el cafetal, la cañaveral, por eso lo buscamos mucho. No es chocante para comer. Come de todo, se sienta aquí en la mesita a comer con mis nietos. Él es muy trabajador, no es nada flojo, desde muy niño empezó a estudiar.”