Ciudad de México, 1 de octubre de 2015.-
El informe también incluye un recuento de las empresas privadas que ya participaban de la industria petrolera en México aún antes de la reforma energética de 2013.
Complementariamente PODER da a conocer el “Reporte de observación sobre las empresas que participan en la Ronda Uno (segunda licitación)” Señalan la flexibilización de requisitaos realizada por la Secretaría de Energía ante la baja participación en la primera licitación de la ronda 1, y denuncia que esa flexibilización “es preocupante ante los antecedentes de corrupción, daños medioambientales y violaciones a los derechos humanos de algunas empresas como Shell, BP, Chebron y Grupo Carso. Algunas de estas empresas tienen operaciones en México desde hace años y han sido señaladas por prácticas de corrupción, vínculos con el crimen organizado y control territorial estratégico.”
Durante la presentación del informe se hace el recuento de procesos de parimilitarización creados por algunas de estas transnacionales petroleras en diversas regiones del mundo al llegar a explotar el gas y el petróleo locales.
A la luz de los masivos procesos de corrupción y de impunidad implantados históricamente por la clase política en el poder en México es evidente que una nueva vuelta de tuerca viene, la que agregará nuevos procesos de paramilitarización si la población no actúa en sentido contrario. ¿O no será que de por sí la paramilitarización, en forma de sicariato y grupos del narco que cunde desde 2006 no es una paramilitarización preventiva que reordenó territorios con el fin de hacer posible la reforma energética y la llegada de las transnacionales petroleras? ¿Por qué las regiones donde ha sido más dura la violencia en México en los últimos 9 años coincide calcada con las zonas de concesiones petroleras y mineras?