Por Omar García
Los días se van, nuestras fuerzas acaso se adelgazan,
pero ella siempre permanece, es la esperanza.
Intacta,
suspendida, como en una especie de pausa;
acompañando el dolor, la dignidad, la nostalgia;
escuchándolo con nosotros todo, los nuestros y los tuyos, gritos de rabia.
A veces incomprendida y solitaria, otras veces seguida por miles y otras más abandonada…
Ella igual que nosotros estigmatizada, perseguida, criminalizada.