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Monterrey, Nuevo León, 12 de febrero de 2016.- Este viernes amanecía con múltiples noticias: Dos autobuses con presos partieron a primeras horas de la mañana. Los traslados continuaban y las familias no sabían nada del destino de sus familiares, ninguna información, ningún aviso por parte de las autoridades.
>A primeras horas las noticias eran que el Gobernador Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, afirmaba que era urgente continuar con la construcción del Penal de Mina, Nuevo León, del que se terminó su primera etapa en 2012 ( Planos preliminares), quedando en suspensión hasta 2013. En ese momento su situación era así descrita en el periódico Milenio: “Jorge Domene Zambrano, Jefe de la oficina de gubernatura, explicó que el plan consiste en que el gobierno federal se haga cargo de la parte económica y logística de las instalaciones, que originalmente estaban pensadas como un centro de readaptación para procesados por delitos del fuero común”. (http://www.milenio.com/monterrey/Penal-Mina-federal-maxima-seguridad_0_190781400.html)
Es así que este “motín” del cual hasta el momento se desconoce la información real en cuanto al numero de personas cuyo paradero se desconoceo que puedan estar fallecidas (a pesar de que la CNDH confirmo la cifra de 49 muertos dada por el gobernador, la gente fuera del penal sigue hablando de cientos de los cuales no se esta diciendo nada) ahora sirve como excusa perfecta para poner sobre la mesa la construcción de esta cárcel de máxima seguridad, o centro de exterminio como se les ha llamado a este tipo de cárceles también conocidas como CEFERESOS. Cárceles que están importando el modelo de centros penitenciarios privatizados de los Estados Unidos, que mas que centros de reintegración se convierten en laboratorios de deshumanización y mercantilización de la vida de hombres y mujeres quienes están confinados a vivir una vida indigna y denigrante.
A las afueras de las instalaciones alrededor de las 13:00, el ambiente era distinto, se percibía en el ambiente el cansancio y agotamiento de cientos de personas que ya iban a cumplir 48 hrs. de estar a la espera de alguna información que les diera esperanza.
Esta vez la ayuda por parte del gobierno se multiplicaba: tamales, tortas, botellas de agua se repartían por doquier, la gente seguía gritando que la comida debería de ser para los reos, eran ellos quienes no estaban comiendo. Algunas madres caían al suelo en quiebre psicológico al no saber donde estaba su familiar, o bien por enterarse de la noticia de que había fallecido.
Éste día aquellos que lograron entrar, solo lograban ver a su familiar por escasos minutos. Al salir lo único que decían, era que estaba bien, que ya lo habían visto y que no querían decir nada por miedo a que algo malo les pasara adentro. Los presos llevaban ya horas sin agua, luz y alimento, y de igual manera se les habían quitado sus pertenencias en un cateo. ¿Por qué el miedo? ¿Por qué callar? ¿Qué hay detrás?
A las 4:00 de la tarde salió un oficial para anunciar más traslados, esta vez de mujeres, pero de nuevo no se decía nada concreto que ayudara a los familiares a saber dónde estaban y a quienes se iban a llevar. Les proveyeron un número para informes, el cual minutos después se constataba que no funcionaba.
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La CNDH se hizo presente, y la noticia era que ya iban a publicar la lista de presos y el estado al que fueron trasladados.
Rumbo a las 6:30 de la tarde se instaló una bocina y se dio la noticia, las madres se amontonaban cerca de la pared en donde estaba siendo pegada la lista y escuchaban por las bocinas el nombre de sus hijos. La rabia empezaba a nacer cuando escuchaban
– “Chiapas”, “Nayarit”, “Cd. Juarez”
– ¡Y como chingados creen que vamos a ir, nosotras no tenemos dinero!.
La Tercera Visitadora General, Ruth Villanueva Castilleja representante de la CNDH era abordada por muchas mujeres exigiéndole que resolviera su situación, la respuesta era que ya estaban las listas y que ahí decía el nombre del preso y el estado en donde estaban, ¿pero por qué se los llevaron, sin ninguna notificación? Se le cuestionó sobre la información que indicaba que el numero de personas fallecidas no eran sólo 49 sino que eran muchas más, según los familiares que estaban entrando y yendo al Hospital Universitario, a lo cual respondió únicamente que eso no era verdad.
Esas eran las respuestas, la inconformidad creció entre las madres presentes; con gritos de Justicia, exigían ver a sus presos, acto seguido se tomó la avenida principal ubicada al lado de las instalaciones del Topo Chico. Por media hora se bloqueó el tráfico, las granaderas de Fuerza Civil se movilizaban para prever cualquier acto, sin embargo lo que parecía sería una protesta que avanzaría hacia el centro de la ciudad, terminó quedándose a las afueras del penal.
Al finalizar los bloqueos se escuchó la canción de “Se murió mi amigo el bronco, se fue para el más allá” y se exigía la destitución del Gobernador. Finalmente se acordó que el día 13 de febrero se haría una protesta a partir de las 7 AM, marchando desde el penal del Topo Chico hasta el palacio municipal, esperando que la ciudadanía se solidarice con el dolor de cientos de madres que no saben en donde están sus hijos, que están desconsoladas porque se los llevaron lejos o por que les quitaron la vida.
Seguimos contemplando los efectos de una masacre, los efectos de la guerra que en esta ciudad solamente va mutando en forma, pero en donde el resultado final es el mismo: dolor y cada vez mas coraje.
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