¿Quién es César León, preso político?
César León Mendoza es un activista y colaborador de medios libres del estado de Oaxaca, desde hace varios años ha participado en diversos procesos organizativos; desde la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) en el 2006 hasta la Unión Campesina Indígena de Oaxaca (UCIO-EZ), de la cual es parte de la comisión política y encargado del área de comunicación.
Hace un par de años decidió, cansado de los medios comerciales, crear el medio libre “La Otra Oaxaca”; un espacio en el cual intentaba que las voces siempre calladas en las editoriales de los noticieros pudieran encontrar un lugar para poder manifestarse y ser escuchadas.
Decidió tomar talleres de streaming, foto y todos los que le pudieran servir para dicha tarea, el proyecto iba creciendo e invitaba a compañeros y compañeras a subir información al blog de su creación, donde el tema magisterial y la desaparición de estudiantes de Ayotzinapa eran los temas a los que mayor cobertura le estaba destinando.
César trabajaba en la informalidad debido a la falta de fuentes de empleo; fenómeno cada vez mayor en México pero que en Oaxaca ha servido como botín político del Partido Revolucionario Institucional, pero al cual él no había sucumbido y criticaba, siempre llamando a la organización y en contra de los partidos políticos.
Identificado con la lucha magisterial decidió incidir desde su posición de padre de familia, sumándose a comités, crítico siempre del charrismo sindical que últimamente se había apoderado de cargos dentro del sindicato.
La inquebrantable honestidad de César llevó a que el gobierno de Oaxaca, principalmente vía la Secretaria de Seguridad Pública a manos, en ese entonces, de Alberto Esteva, lo señalara –al igual que otros compañeros- a través de los medios que él mismo había despreciado antes, de delitos prefabricados. Para estas maniobras incluso utilizaron información que se presume privada y protegida por la ley, pues utilizaron la foto que se supone había sido tomada para su licencia de conducir.
A pesar de las amenazas, durante casi 2 años, César se mantuvo firme en la labor de luchar e informar, hasta que el gobierno de Oaxaca apoyado con la fuerzas federales dieron el golpe, tanto al magisterio como a las organizaciones sociales, para tratar de acallar y acabar con toda forma de resistencia.
Sin sustento jurídico ni acusaciones creíbles el Estado lo mantiene preso desde el 20 de noviembre del 2015.