Quienes vivimos y sobrevivivimos Iguala en septiembre de 2014; quienes luchamos y resistimos en torno a Ayotzinapa desde ese día a la fecha podríamos decir muchas cosas sobre NOCHIXTLÁN. Por ejemplo, las mentiras a las horas siguientes; la impunidad, el desgaste, la guerra mediática, las verdades oficiales…
Podríamos hablar también del dolor y la rabia, de la dignidad, de la unión de los de abajo, de la solidaridad nacional e internacional…
Podríamos en fin, (y podemos, y lo hacemos, y lo seguiremos haciendo) muchas cosas, de la misma manera y con todo el cariño, el amor y la solidaridad con que vimos que miles hicieron desfilar su saludo, sus cartas, fotos, actos de protesta por Ayotzinapa durante ya casi 22 meses.
Pero nosotros, que conocimos los golpes, las balas, la desaparición y la muerte; que vivimos la ausencia de nuestros 43+3+1+1, (43 desaparecidos, 3 asesinados, 1 en coma, 1 en proceso de recuperación y reconstrucción facial); que conocemos a sus familias y compartimos en buena medida su dolor; que conocemos la desesperación; que enfrentamos la apatía y la indiferencia; que aunque pocos, seguimos sosteniendo con dignidad nuestra lucha; que lejos de la politización y los conceptos teóricos ponemos ante todo el dolor de ser víctimas igual que miles en este país, solo podemos decirles a ustedes, familias de LOS CAÍDOS Y HERIDOS DE NOCHIXTLÁN: aquí estamos. Lo poco o mucho que podamos hacer para solidarizarnos por ustedes, lo haremos.
Con gratitud que inflama nuestros corazones, vimos a los colectivos y organizaciones, grandes y pequeñas que nos apoyaron, apoyarlos después a ustedes.
Gracias al mundo por apoyar a Nochixtlán, Ayotzinapa, la CNTE y tantas causas más.
En estos días tampoco olvidemos ni perdonemos lo ocurrido en la Narvarte…