En algún lugar de la Ciudad de México, lejos de aquellos que construyen con sus rutinas el barrio, se trama un plan para La Merced. Un plan para rescatar el espacio para las élites. Un plan para despojar de sus espacios a la ciudad popular.
Por su localización, por su patrimonio, por su actividad económica y social, La Merced es nuevamente un territorio estratégico, objetivo de fuertes intereses financieros, empresariales e inmobiliarios. Pero La Merced es también un espacio de acogida, abrigo de los desposeídos, que abastece de oportunidades para una vida digna, donde aún son posibles los encuentros en una ciudad cada vez más segregada. La Merced es el refugio de una diversidad social amenazada por el avance de la fría y eficiente ciudad neoliberal. ¿Por qué el progreso y la modernidad que el Plan de Rescate Integral de La Merced promueve excluye todo eso? ¿Qué modelo de ciudad quieren imponernos?