El Estado de Des-Unión

Por Mumia Abu-Jamal

Como todos los presidentes anteriores, Donald Trump anunció en su informe de gobierno que el “Estado de la Unión” es fuerte, con acento en la última palabra.

Pero esto es lo que los presidentes siempre dicen. ¿Pueden imaginar que un presidente de Estados Unidos dijera otra cosa?

¿Qué tal si un presidente se atreviera decir una sencilla verdad: que el “Estado de la Unión” se ha quebrado? Porque así es.

Si la política es más que nada el espectáculo, también es el arte de la división de los partidos políticos. Un partido cacarea; el otro hierve de rabia.

El gran estudioso de Estados Unidos, Alexis de Tocqueville, en su clásica obra, La democracia en América (1835), opina: “Los partidos que amenazan la Unión no se basan en los principios abstractos, sino en intereses temporales. Se puede decir que estos intereses divulgados en las provincias constituyen naciones rivales en vez de partidos”.

De Tocqueville escribió estas palabras solo unos pocos años antes de que la Unión estallara en la Guerra Civil, también conocida como la Guerra de Secesión. Él sentía en el aire un gran descontento— como se siente ahora.

El descontento, que ahora se puede atribuir a la olla de la política revuelta por Trump, es palpable: partido vs partido, nación vs nación.

La des-unión. La verdadera esencia de la política.

Trump, con su barbilla empujada al aire, proyecta la política de miedo al “otro”, sobre todo a la gente de piel morena –a los invasores tenebrosos.

Seamos honestos. No existe el “Estado de la Unión”. Sólo el estado de des-unión.

Desde la nación encarcelada, soy Mumia Abu-Jamal.