Señor Presidente electo de México,
Andres Manuel López Obrador:
Desde los pueblos de la orilla del agua, Atenco y todas las comunidades hermanas que sostenemos la defensa de la tierra, el agua, los cerros, la fauna, la flora y toda la vida que hemos cultivado desde tiempos ancestrales, nos dirigimos nuevamente a usted en esta nueva circunstancia que el día ayer se concretó en la vida política de nuestro país, y en su condición como presidente electo de México, para recordar brevemente lo siguiente, con la reserva de que es mucho más amplio y profundo lo que habrá que dialogar y discutir.
Usted no ignora que la lucha contra la construcción del aeropuerto, en por lo menos estos 17 años, nuestros pueblos se han enfrentado a las más tremendas adversidades y embestidas de gobiernos convertidos en mafias entreguistas, que lo mismo han ordenado el despojo que avasallarnos con barbarie, como la que sufrimos el 3 y 4 de mayo de 2006 en Atenco, donde hubo asesinados, mujeres torturadas sexualmente, encarcelados, persecución política, allanamientos.
No ignora que aquellos pueblos que salimos avante gracias a la solidaridad y vocación por la vida, hoy seguimos luchando, defendiendo lo justo y somos más porque en el camino del tiempo, dolores y dignidades, resulta que en prácticamente toda la Cuenca de México estamos luchando por lo mismo y contra el mismo mal: el Nuevo Aeropuerto Internacional y las obras que proyectan una Aerotropolis de muerte.
Por lo que queremos recordarle lo siguiente: en distintos momentos de su trayectoria política, usted ha sido el único aspirante a la presidencia de la republica que ha señalado la inviabilidad del aeropuerto que se impone sobre el exlago de Texcoco y a su vez, ha sugerido otras alternativas. En los últimos meses escuchamos atentos cada planteamiento que usted hizo sobre el tema, y hasta le enviamos una carta para exponerle parte de nuestras razones morales, éticas, técnicas, económicas, sociales y ambientales, apelando a que nos escuchara de manera presencial, como lo ha hecho con los empresarios apologistas de la plusvalía y el progreso de muerte. Recientemente en Texcoco, habló de poner a consideración la inversión pública y la inversión privada, para continuar la construcción del Aeropuerto de muerte, incluso llevarlo a una Consulta. Anotamos puntualmente cuando en su cierre de campaña tuvo a bien reivindicar el respeto por los pueblos indígenas y sus recursos naturales. Y hace unas horas, ya en su calidad de presidente electo, en la entrevista del noticiario con Loret de Mola, usted plantea el tema del aeropuerto como parte de su agenda a tratar este día, 3 de julio, en Los Pinos con el señor Enrique Peña Nieto.
Pues bien. Como pueblos indígenas, originarios, mestizos, hijos soberanos de esta patria, señor presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, le solicitamos audiencia directa para abordar el tema del Nuevo Aeropuerto Internacional, sus implicaciones y consecuencias ambientales, sociales, económicas, legales, por mencionar algunas, que tanto agravio nos están causando.
No concebimos que un gobierno como el que usted reivindica, y por el que este 1 de julio el grueso del pueblo mexicano votó, acuerde o negocie con los interesados en el negocio el futuro y vida de la gente humilde del país, sin el consentimiento y decisión de los mismos pueblos, sin siquiera haberlos escuchado.
Hoy nuevamente lo conminamos a que nos mire, a que nos reconozca como actores sociales que somos de este país y en una lucha por la transformación del país que usted gobernará con las complejidades y desafíos que a cada quien nos corresponde asumir en la búsqueda de una vida digna para todas y todos, muy por encima de cualquier pretensión por regresar a la impunidad como norma, a la injusticia como regla, a la barbarie como costumbre. No más PRI. No más tiranía.
Atentos quedamos a su respuesta, mientras tanto, nosotros seguimos ejerciendo nuestra obligación moral para defender la vida, la nuestra y la de nuestros hijos y nietos, es decir, seguimos de pie, seguimos luchando contra el aeropuerto y su aerotrópolis, y con uñas y dientes seguimos defiendo el agua, la tierra, la vida.
Con el pueblo, todo; sin el pueblo, nada.
Zapata Vive, la lucha sigue.