Tercera y última parte:
UN DESAFÍO, UNA AUTONOMÍA REAL, UNA RESPUESTA, VARIAS PROPUESTAS, Y ALGUNAS ANÉCDOTAS SOBRE EL NÚMERO “300”.
¿Qué sigue?
Remar contra corriente. Nada nuevo para nosotras, nosotros, nosotroas, zapatistas.
Nosotros queremos refrendar -lo consultamos con nuestros pueblos-: cualquier capataz va a ser enfrentado, cualquiera; y no sólo quien propone una buena administración y una correcta represión -o sea, este combate a la corrupción y el plan de seguridad basado en la impunidad-; también quienes detrás de sueños vanguardistas pretendan imponer su hegemonía y homogeneizarnos.
No cambiaremos nuestra historia, nuestro dolor, nuestra rabia, nuestra lucha, por el conformismo progre y su caminar detrás del líder.
Tal vez el resto lo olvide, pero nosotros no olvidamos que somos zapatistas.
Y en y sobre nuestra autonomía -con esto que se está manejando de que sí se va a reconocer, o no se va a reconocer-, nosotros hicimos este razonamiento: la autonomía oficial y la autonomía real. La oficial es la que reconozcan las leyes. La lógica sería ésta: tienes una autonomía, ahora la reconozco en una ley y entonces tu autonomía empieza a depender de esa ley y ya no sigue sosteniendo sus formas, y luego, cuando va a haber un cambio de gobierno, entonces tienes que apoyar al gobierno “bueno”, y votar por él, promover el voto por él, porque si entra otro gobierno van a quitar la ley que te protege. Entonces nos convertimos en los peones de los partidos políticos, como ha pasado con movimientos sociales en todo el mundo. Ya no importa lo que se esté operando en la realidad, lo que se esté defendiendo, sino lo que la ley reconozca. La lucha por la libertad se transforma así en la lucha por el reconocimiento legal de la lucha misma.
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Hablamos con nuestras jefas y jefes. O más bien hablamos con los pueblos que nos dan el paso, el rumbo y el destino. Con su mirada miramos lo que viene.
Consultamos, y dijimos: bueno, si nosotros decimos esto ¿qué va a pasar?
Nos vamos a quedar solos, nos van a decir que somos marginales, que estamos quedándonos fuera de la gran revolución… de la cuarta transformación o de la nueva religión (o como quieran llamarla), y vamos a tener que remar contra corriente otra vez.
Pero no es nada nuevo, para nosotros y nosotras, eso de quedarnos solos.
Y entonces nos preguntábamos, bueno, ¿tenemos miedo de esto de quedarnos solos?; ¿tenemos miedo de mantenernos en nuestras convicciones, de seguir luchando por ellas?; ¿tenemos miedo de que, quien estaba a favor, se ponga en contra?; ¿tenemos miedo de no rendirnos, de no vendernos, de no claudicar?; y finalmente concluimos: bueno pues nos estamos preguntando si es que tenemos miedo de ser zapatistas.
No tenemos miedo de ser zapatistas y lo vamos a seguir siendo.
Así fue que nos preguntamos y nos respondimos.
Nosotros pensamos que junto con ustedes (las redes), con todo en contra, porque no tenían los medios, ni el consenso, ni la moda, ni la paga –ustedes tuvieron incluso que poner paga de su bolsillo-, que con todo eso, alrededor de un colectivo de originarios y de una mujer pequeña, chaparrita, ésa sí morena, del color de la tierra, denunciamos un sistema depredador y defendimos la convicción de una lucha.
Y entonces estamos buscando a otras personas que no tengan miedo. Así que les preguntamos a ustedes (las redes): ¿tienen miedo?
Ahí lo vean pues, si sí tienen miedo, pues vamos a buscar en otro lado.
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Nosotros pensamos que debemos seguir del lado de los pueblos originarios.
Tal vez algunas de las redes todavía piensan que estamos apoyando a los pueblos originarios. Van a ver, conforme avance el tiempo, que va a ser al revés: nos van a apoyar con su experiencia y sus formas organizativas, o sea, vamos a aprender. Porque si alguien hay experto en tormentas son los pueblos originarios, ya les han tirado de todo y ahí están, o aquí estamos, pues.
Pero pensamos también -y les decimos claro, compañer@s- que no basta, que tenemos que incorporar a nuestro horizonte nuestras realidades con sus dolores y sus rabias, o sea, que tenemos que ir caminando hacia la siguiente etapa: la construcción de un Concejo que incorpore las luchas de todos los oprimidos, de los desechables, de las desaparecidas y asesinadas, de los presos políticos, de las mujeres agredidas, de la niñez prostituida, de los calendarios y geografías que trazan el mapa imposible para las leyes de probabilidad, las encuestas y las votaciones: el mapa contemporáneo de las rebeldías y las resistencias en todo el planeta.
Si ustedes, junto con nosotros, vamos a desafiar la ley de probabilidad que dice que no hay ninguna chance, o muy pequeña, de que lo logremos, si vamos a desafiar las encuestas, los millones en las votaciones, y la numeralia que el Poder ofrezca para rendirnos o para desmayarnos, tenemos que hacer más grande el Concejo.
Hasta ahora es sólo un pensamiento que expresamos aquí, pero queremos construir un Concejo que no absorba ni anule todas las diferencias, sino que las potencie en el andar con otroas, otros y otras que tengamos el mismo empeño.
Con el mismo razonamiento, estos parámetros no debieran tener como límite la geografía impuesta por fronteras y banderas: debiera apuntar a hacerse internacional.
Lo que estamos proponiendo es no sólo que el Concejo Indígena de Gobierno deje de ser sólo indígena, sino que también deje de ser nacional.
Por lo tanto, nosotras, nosotros, nosotroas, como zapatistas que somos, proponemos que se lleve a consulta, además de todas las propuestas que se han vertido en este encuentro, lo siguiente:
1º.- Refrendar nuestro apoyo al Congreso Nacional Indígena y al Concejo Indígena de Gobierno.
2º.- Crear y mantener canales de comunicación abiertos y transparentes entre quienes nos conocimos en el andar del Concejo Indígena de Gobierno y su vocera.
3º.- Iniciar o continuar el análisis-valoración de la realidad en que nos movemos, haciendo y compartiendo dichos análisis y valoraciones, así como las propuestas de acción coordinadas que se deriven.
4º.- Proponemos el desdoblamiento de las Redes de Apoyo al CIG para, sin dejar el apoyo a los originarios, abrir ya el corazón a las rebeldías y resistencias que emergen y perseveran en donde cada quien se mueve, en el campo y la ciudad, sin importar las fronteras.
5º.- Iniciar o continuar la lucha que apunte a engrandecer las demandas y el carácter del Concejo Indígena de Gobierno, de modo que vaya más allá de los pueblos originarios e incorpore a trabajadores del campo y de la ciudad, y a l@s desechables que tienen historia y lucha propias, es decir, identidad.
6º.- Iniciar o continuar el análisis y discusión que apunte al nacimiento de una Coordinación o Federación de Redes, que evite el mando centralizado y vertical, y que no escatime el apoyo solidario y la hermandad entre quienes la forman.
7º y último.- Celebrar una reunión internacional de redes, como quiera que se llamen -nosotros proponemos que ahora nos llamemos Red de Resistencia y Rebeldía… y cada quien su nombre- en diciembre de este año, después de conocer y analizar y evaluar lo que decidan y propongan el Congreso Nacional Indígena y su Concejo Indígena de Gobierno (en su reunión de Octubre de este año), y también para conocer los resultados de la consulta a la que se llama en esta reunión -en la que estamos ahorita-. Para esto ofrecemos, si les parece, espacio en alguno de los Caracoles Zapatistas.
Nuestro llamado pues, no es sólo a los originarios, es a todoas, a todas y a todos quienes se rebelan y resisten en todos los rincones del mundo. A quienes desafían los esquemas, las reglas, las leyes, los preceptos, los números y los porcentajes.
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Anécdota uno.- En los primeros días de enero de 1994, la inteligencia del Ejército Federal estimaba la fuerza del autodenominado ezetaelene en “sólo” 300 transgresores de la ley.
Anécdota dos.- En el mismo año, y mientras Ernesto Zedillo Ponce de León y Esteban Moctezuma Barragán cocinaban la traición de febrero de 1995, el grupo Nexos (dedicado antes a cantar loas a Salinas de Gortari y después a Zedillo) se desesperaba y, en voz de Héctor Aguilar Camín, expresaba, palabras más, palabras menos: “¿Por qué no los aniquilan? Sólo son 300”.
Anécdota tres.- Del informe de la mesa de registro en el Encuentro de Redes de Apoyo al CIG y su vocera, realizado en el caracol zapatista “Torbellino de Nuestras Palabras”, del 3 al 5 de agosto del 2018: “asistentes: 300”.
Anécdota cuatro: Ingresos de las 300 empresas más poderosas del planeta: ni idea, pero puede ser un 300, o cualquier número, seguido de un chingo de ceros, y luego “millones de dólares”.
Anécdota cinco.- Cantidades y porcentajes “alentadores”:
.- la diferencia cuantitativa entre 300 y 30, 113,483 (que son los votos que, según el INE, obtuvo el candidato AMLO) es: treinta millones, ciento trece mil, ciento ochenta y tres;
.- 300 es el 0.00099623 % de esos más de 30 millones;
.- 300 es el 0.00052993 % de los votos emitidos (56, 611,027);
.- 300 es el 0.00033583 % del padrón electoral (89, 332,032);
.- 300 es el 0.00022626 % del total de la población mexicana (132, 593,000, menos las 7 mujeres que, en promedio, son ultimadas diariamente –en la última década, en México y en promedio, una niña, jóvena, adulta o mujer de la tercera edad, fue asesinada cada 4 horas-);
.- 300 es el 0.00003012 % de la población del Continente Americano (996, 000,000 en 2017);
.- la probabilidad porcentual de destruir el sistema capitalista, es del 0.000003929141 %, que es el tanto por ciento de la población mundial (7, 635, 255,247 a las 19:54 hora nacional del 20 de agosto del 2018), que representan 300 (claro, si es que las supuestas 300 personas no se venden, no se rinden y no claudican).
Oh, lo sé, ni la tortuga derrotando a Aquiles serviría de consuelo.
¿Y un caracol?…
¿La Bruja Escarlata?…
¿El gato-perro?…
Deje usted eso, a nosotras, nosotros, zapatistas, lo que nos desvela no es el desafío que plantea esa ínfima probabilidad, sino cómo va a ser el mundo que siga; el que, sobre las cenizas aún humeantes del sistema, empiece a emerger.
¿Cuáles van a ser sus formas?
¿Se hablarán colores?
¿Cuál será su tema musical? (¿eh? ¿“la del moño colorado”? Ni pensarlo).
¿Cuál será la formación del equipo, completado al fin, de Defensa Zapatista? ¿Podrá alinear el osito de peluche de Esperanza Zapatista, haciendo mancuerna con el Pedrito? ¿Le permitirán al Pablito portar su sombrero vaquero y al Amado Zapatista su casco de estambre? ¿Por qué ese maldito árbitro no marca el claro fuera de lugar del Gato-perro?
Y, sobre todo, y eso es fundamental, ¿cómo se va a bailar ese mundo?
Por eso, cuando a nosotras, nosotros, zapatistas, nos preguntan “¿qué sigue?”… pues, ¿cómo le diré?… no respondemos luego, sino que tardamos en responder.
Porque, viera usted, bailar un mundo da menos problemas que imaginárselo.
Anécdota seis.- Ah, ¿usted pensó que lo de “300” era por el filme del mismo nombre y por la batalla de las Termópilas, y ya se preparaba, vestid@ como Leónidas o como Gorgo (cada quien su modo), para gritar “¡Esto es Esparta!” mientras diezma las tropas de los “Inmortales” del rey persa Jerjes? ¿No le digo? Est@s zapatistas, como de costumbre, viendo otra película. O peor aún, mirando y analizando la realidad. Ni modos.
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Es todo…por ahora.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Moisés. Subcomandante Insurgente Galeano.
México, agosto del 2018.