´Locking Down´ la Constitución

Por Mumia Abu-Jamal

Ocurrió el último miércoles de Agosto, 2018. Alrededor de las 8:30 pm se anunció por el sistema de sonido un lockdown de la prisión, aparentemente debido a una ola de enfermedades del personal relacionadas con la droga, según las autoridades.

Aun cuando los supuestos casos se reportaron en la región occidental del estado de Pensilvania, las casi 30 prisiones del sistema carcelario entero fueron encerradas de inmediato.

Un lockdown significa que no hay movimiento en una prisión, excepto por el del personal. Significa que las y los presos están encerrados en sus celdas las 24 horas del día.

Todas las visitas fueron canceladas. La entrega y envío de correo también fueron cancelados.

A los varios días de este proceso, los guardias repartieron un memorando de tres páginas a los presos que anunciaba las nuevas normas, supuestamente diseñadas para acabar con el contrabando de droga.

“Las prisiones de Pensilvania ya no recibirán correo; toda la correspondencia será desviada a una dirección en St. Petersburg, Florida. En la oficina allí, el correo será escaneado y copiado, y una copia digital devuelta a Pensilvania”.

“El correo jurídico será fotocopiado y una copia será entregada al preso nombrado en el documento”.

“Durante tres meses los visitantes no le podrán comprar comida o fotografías a un preso”.

“Un preso no puede pedir libros”.

Parece que el Departamento de Correcciones de Pensilvania (PADOC) hace un berrinche. Además se ha metido en una guerra con el público.

Esto suena como su equivalente de Reefer Madness [1936. Película de propaganda anti-mariguana].

Representa, más que nada, la participación del DOC de Pensilvania en la narcopolítica.

Es una guerra contra las y los presos, sí. Pero también es una guerra contra el conocimiento y en última estancia, contra la misma Constitución.

Desde la nación encarcelada, soy Mumia Abu-Jamal.