Por Mumia Abu-Jamal
Las florecillas brotan de las ramas quebradizas de los árboles para ser abrazadas por el Sol. Pero esta primavera otra visita llega: una visita del Coronavirus, conocido oficialmente como COVID 19.
Es probable que se rebasen las muertes de unas 70,000 personas solo en Estados Unidos, presuntamente la cantidad más alta del mundo.
Y en alrededor de dos tercios de los estados la primavera traerá la cruel reapertura de actividades económicas y laborales, mientras los gobernadores relajan las normas que habían establecido para que la gente se quedara en casa.
Y la gente, cansada y ansiosa de ver el Sol, huirá de sus hogares para llegar a los lugares y espacios públicos.
Los seres humanos somos, por naturaleza, seres sociales. Anhelamos la compañía de otras personas, las conversaciones, los abrazos y sí, los besos.
Y si el mañoso Coronavirus se sale con la suya, para muchos de nosotros, tal vez miles, ese beso puede ser el beso de la muerte.
A los estadounidenses, nos enseñan que somos intrínsecamente excepcionales, y por esto, más fuertes, más inteligentes y más suertudos que todos los demás. ‘Ningún virus aterrador nos puede parar’, pensamos. Hasta que lo haga. Hasta que se comprueba que todas y todos nosotros, sin excepción, somos simplemente seres humanos.
No esperes demasiado para aprender esta importante lección. Llévate una máscara. Aprenda a crear espacio. Y vive para luchar otro día.
Desde la nación encarcelada soy Mumia Abu-Jamal.
Imagen: Zamer, de la Brigada Cultural Subversiva