El día 2 de julio el jurado había encontrado a Mumia culpable del asesinato del policía Daniel Faulkner después de un juicio que duró 15 días. Aunque Mumia quiso actuar como su propio abogado con la asesoría de John África, el juez le negó su derecho a defenderse y le echó del salón varias veces.
En un momento el sub-fiscal Joseph McGill le preguntó a Mumia por qué no se había levantado cada vez que el juez entraba en la corte. Respondió: “Porque el juez Sabo no merece honor…porque opera por la fuerza y no por la razón…. porque es un verdugo, un juez de la horca….por eso.”
Recordemos que el primer día del juicio Sabo le había dicho a un colega: “Yo les voy a ayudar a freír al nigger” (según la declaración jurada de la estenógrafa Terri Maurer-Carter).
Durante 15 días Sabo colaboró con McGill para excluir a los candidatos negros del jurado; presentar una falsa “confesión” de Mumia; presentar testimonio de testigos reclutados y coaccionados por la policía; dar la impresión al jurado que las únicas personas presentes en la escena eran Faulkner, Mumia y su hermano Billy Cook; y ocultar del jurado pruebas favorables a Mumia que hubieran confirmado la fabricación de la confesión y la presencia en la escena de una cuarta persona ––el probable asesino.
Según el analista J. Patrick O’Connor, el asunto # 1 en la agenda de McGill aquel 3 de julio era asegurar que el jurado se enterara de la historia de Mumia Abu-Jamal con el partido Panteras Negras, una historia que el periodista asumió con orgullo.
Al final McGill les agradeció a los integrantes del jurado su valentía y les invitó a tomar su decisión sin sentirse intimidados, una obvia referencia a los integrantes de MOVE que asistían al juicio en su apoyo. No hizo ninguna referencia a las decenas de integrantes de la Orden Fraternal de Policía (FOP) que también asistían al juicio diariamente para intimidar al jurado y los testigos.
Aquel 3 de julio el jurado deliberó sólo cuatro horas antes de anunciar la sentencia deseada por McGill, Sabo y la FOP: la muerte.
Mumia, siempre astuto, agregó después: “No sólo quieren mi muerte, sino mi silencio”.
Después de que Mumia pasó casi tres décadas en condiciones de tortura en el pasillo de la muerte, la pena de muerte se declaró anti-constitucional el 11 de octubre de 2011. El siguiente 7 de diciembre, la Fiscalía de Filadelfia, la FOP y la viuda Maureen Faulkner por fin desistieron en sus esfuerzos para reimponerla. Ahora pretenden que Mumia muera lentamente en prisión. O como dice Mumia, “Ahora estoy en el slow death row”. Naturalmente, la meta principal de nuestro movimiento es lograr su libertad.
Desde el abril de 2017 se hicieron apelaciones con resultados positivos para Mumia hasta que en 2019, la FOP y Maureen Faulkner iniciaron una serie de maniobras en los tribunales y en los medios de comunicación para bloquear sus apelaciones. El 25 de febrero de este año, 2020, tuvimos la mala noticia que Faulkner y la FOP ganaron la aprobación de la Suprema Corte del estado de Pensilvania para su petición tipo “King’s Bench”, una autoridad extraordinaria que anula el proceso legal ordinario. Este dictamen pone el caso de Mumia en manos de la oficina racista y reaccionaria del Fiscal del estado de Pensilvania, Josh Shapiro.
A pesar de este revés, nos conmociona el levantamiento internacional contra el terror policiaco y el encarcelamiento racista impulsado por el rechazo al asesinato de George Floyd en Minneapolis. Y por supuesto, hemos tenido la maravillosa noticia de que todas y todos los presos del grupo conocido como “los 9 de MOVE” han ganado su libertad después de más de 40 años en prisión. ¡Su meta principal ahora? La libertad de Mumia Abu-Jamal. Seguimos adelante para ganar su libertad!
Gracias a Gabo por la imagen.
Información tomada de amigosdemumiamx.blog