“Esta toma no es nada comparado con lo que nos han quitado durante estos largos más de quinientos años, 528. Y aún así tenemos nuestra lengua y nuestra resistencia.
Esta toma significa que aún existimos y nos negamos a morir.
No nos queda ya mucho: o resistimos o nos resignamos a morir”.
Estela Hernández, comunidad otomí
Desde este edificio se despachaba para traicionar a los pueblos.
Hoy están sentadas concejalas del Congreso Nacional Indígena.
Esta lucha es por la vida de todas y todos.
Marichuy e integrantes del Congreso Nacional Indígena en la toma del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas.