Por Mumia Abu-Jamal (Diciembre 2008, justamente después de la elección de Obama)
Hay una cierta percepción en las mentes de millones de personas después de las elecciones presidenciales en Estados Unidos de que hemos llegado a la tierra prometida.
Las imágenes y el oratorio del Rev. Dr. Martin Luther King, Jr. se invocan para sugerir que se ha alcanzado su Sueño, como articulado en su discurso épico “Tengo un sueño”.
Hay un sentido profundo de que la libertad está aquí, ya que todos vivimos en una “América post-racial”.
¿Pero es cierto?
No cabe duda que estamos en la antesala de la historia, porque esto nunca ha sucedido antes.
Pero hubo un tiempo, desde hace mucho años, cuando sentimientos similares volaron por la nación, y especialmente por los corazones negros, quienes creían que un nuevo día estaba amaneciendo y las cosas del pasado habían desaparecido, un tiempo cuando la libertad era tan real como la lluvia.
Hablo de la era de la Reconstrucción, cuando la nación formalmente extendió los derechos civiles a millones de hombres negros (no a las mujeres, notablemente) y decenas de negros asumieron el poder en las legislaturas estatales y federales, iniciando una ola de legislación progresiva para mejorar las abominables condiciones de millones, blanco y negro por igual.
Pero la reconstrucción duró poco, debido al asesinato de Abraham Lincoln, la traición que sufrieron los Negros liberados por parte del gobierno federal y la campaña de terroristas blancos contra negros y republicanos para reafirmar la supremacía blanca.
La Suprema Corte también desempeñó un papel fundamental en los Casos del Matadero (Slaughterhouse Cases, 1873,) que, a pesar del lenguaje claro de las Enmiendas 13, 14 y 15, privilegió los derechos de los estados sobre los derechos constitucionales federales y así señaló al Sur que su negación de los derechos de los negros y su práctica de la segregación no iban en contra de su interpretación de la Constitución. Las esperanzas, sueños y libertades de millones de personas fueron aniquilados durante más de un siglo para que la mentira de la supremacía blanca pudiera prevalecer.
Al final de la Guerra Civil, cuando la esclavitud fue abolida formalmente, los Negros eran tan felices que muchos cambiaron sus nombres para reflejar esta nueva libertad de definirse. Organizaron sus propias iglesias. Abrieron escuelas y negocios. Se postularon y ganaron elecciones locales y nacionales. Aceptaron participar en los jurados. Y millones se casaron.
En una generación, todas estas libertades fueron arrasadas por la ley, la costumbre, y un reinado vicioso del terrorismo racista.
Lo que esta historia reveló es que la libertad puede ser efímera.
No importa lo que está escrito en las constituciones, tampoco la retórica o las promesas de los políticos. Lo que importa es la lucha de la gente y sus objetivos.
Desde el corredor de la muerte soy Mumia Abu-Jamal
https://www.youtube.com/watch?app=desktop&v=GW0nvnMcEl8
También vean una versión corta publicada en Prison Radio el 13 de enero de 2021.
(c) ’08 Mumia Abu-Jamal
7 de diciembre de 2008
Grabado por Noelle Hanrahan de Prison Radio
Transcripción y circulación: Sis Marpessa
Traducción: Amigxs de Mumia en México
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Escríbele una carta a Mumia, tomando nota de las crueles restricciones: Los presos en Pensilvania no pueden recibir ninguna tarjeta alentadora, ningún bonito dibujo de color, sólo un mensaje en blanco y negro con nombre y dirección de remitente.