El gobierno de López Obrador ha promocionado al “Corredor Transístmico” como un megaproyecto nuevo, aunque en realidad existe desde 1997, cuando Ernesto Zedillo Ponce de León era presidente de México.
Se recicló hasta el nombre, explica Miguel Ángel García Aguirre, de la campaña “El Istmo es nuestro”. Cuando el presidente López Obrador presentó su proyecto de nación en 2004, lo llamó igual que Zedillo: “Programa integral de desarrollo del Istmo de Tehuantepec”.
De hecho la campaña El Istmo es nuestro también se llama igual que cuando enfrentaron este mismo proyecto impulsado por Ernesto Zedillo.
AMLO insistió en este megaproyecto durante las campañas electorales de 2006, 2012 y 2018. Al asumir la Presidencia, lo impulsó en su forma actual, publicado en agosto de 2020 en el Diario Oficial de la Federación como “Programa para el Desarrollo del Istmo de Tehuantepec 2020-2024”, conocido popularmente como “Corredor Transístmico”.
Desde los noventa las comunidades oaxaqueñas en resistencia lo conocen como “Megaproyecto del Istmo”. Su implementación incluye parques eólicos, minas, el tren Salina Cruz-Coatzacoalcos, una autopista, la explotación de yacimientos petroleros y la instalación de gasoductos y oleoductos. Actualmente, además de Veracruz y Oaxaca, involucra proyectos en Chiapas y Tabasco, como la refinería Dos Bocas.
Es una de las líneas en que el actual gobierno continúa los planes y proyectos de los gobiernos anteriores del PRI y el PAN.