Por Javier Hernández Alpízar
Podría sorprendernos que Andrés Manuel López Obrador haya profundizado el proceso de militarización que emprendiera desde 2006 quien aparentemente es su antípoda: Felipe Calderón.
La narrativa, relato y tentativa de justificación, diría que la militarización fue iniciada por Calderón, después de un fraude en 2006, y tras dos sexenios de militarización, a López Obrador no le quedó otra opción que aceptar una herencia que no podía modificar.
En esta narrativa, López Obrador era un civilista, quien tuvo que cambiar de opinión una vez en el poder, para aceptar y profundizar hechos consumados. Cuando llegó los militares ya estaban ahí. Su conversión en un comprometido defensor de las fuerzas armadas se vería contextualizada en un momento histórico que no le dejó alternativa. Los excesos en su obsequiosidad con los militares de Rosario Piedra o Adán Augusto solamente serían anecdóticos en esta narrativa.
Aun si esto fuera cierto, quedaría como testimonio (contra sí mismo) el discurso civilista, amparado en Juárez, como una argumentación que señaló en 2010: “El ejército debe regresar a los cuarteles”.
Algunos extractos de este discurso civilista, tomados del canal de YouTube de su medio propagandístico oficial Regeneración TV (sic, en desagravio de los Magón) muestran que es un discurso es vigente. Sirven como crítica del personaje ahora en el poder.
Después de describir brevemente la guerra de Reforma y contra la intervención francesa, López Obrador se pronuncia por una política civilista:
“Lo primero que hace el presidente Juárez, al regresar del norte a la ciudad de México, es ordenar a los militares que entreguen de nuevo el poder a los civiles, como estaba antes de la intervención armada extranjera.
“Esto generó mucha molestia entre los militares, porque muchos de ellos fueron los que dieron la cara, fueron los que enfrentaron a los invasores, y los civiles se replegaron.
“Sin embargo, el presidente Juárez sabía que no podíamos apostar a una república militar sino a una república civilista.
“Esta es una enseñanza mayor. Nos debe de servir para entender que no es con el ejército como de pueden resolver los problemas de inseguridad y de violencia. No es así. No es con medidas coercitivas. La violencia no se puede enfrentar con la violencia. Lo que tiene que hacerse es atender lo social: crear empleos, atender a los jóvenes, como siempre lo hemos venido diciendo. Crear mejores condiciones de vida y de trabajo en el país.”
Es una toma de posición contra la militarización del país, datada por el canal de YouTube el 26 de abril de 2010.
Muestra también una comprensión muy amplia de lo que debería llamarse seguridad nacional, ajena a la que sigue el actual régimen obradorista.
“Cuando se habla del gabinete de seguridad, en vez de estar pensando, en que en ese gabinete está el secretario de la Defensa, el secretario de Marina, el secretario de Gobernación, el secretario de Seguridad Pública, el Procurador, debería de estar el secretario de Desarrollo Económico, el secretario de Educación, el secretario de Salud.”
Con base en esas premisas, el líder opositor propone impedir dar facultades excesivas al ejército, aludiendo a las violaciones a los derechos humanos, que entonces sí reconocía.
… “esta semana se está discutiendo y seguramente se va a aprobar una ley para dar más facultades al ejército en el combate al flagelo de la delincuencia.
“Hay que ver estas cosas con cuidado. Yo voy a hablar con los legisladores de nuestro movimiento, del PRD, del PT de Convergencia, para que no se vayan a otorgar facultades excesivas al ejército. Ya estamos viendo cómo se están violando derechos humanos, como inocentes están perdiendo la vida.”
Señala que esa situación, calificada de estrategia fallida, afecta a la imagen de la institución militar y esto también la hace inaceptable.
“No podemos nosotros aceptar un gobierno militarista. Además, esto no le conviene ni siquiera a la misma institución militar. En estos últimos tres años se ha deteriorado mucho la imagen del ejército, porque los han lanzado a la calle a una aventura. Es toda una estrategia fallida.”
Cuidadosamente endosa la responsabilidad de todo a los gobernantes civiles, desde entonces, exculpando a los militares.
“Hay que cuidar a esa institución que es el ejército: que no se utilice para suplir las incapacidades de los gobiernos civiles, que no se utilice al ejército con ese propósito.”
Ya desde abril de 2010, desliza la afirmación ideológica de que el ejército es “pueblo uniformado”, uno de los pocos vestigios de ese discurso que conserva, pero su conclusión es diametralmente opuesta a lo que hoy dice y hace.
“Que regresen los soldados a los cuarteles. Este es un asunto que se tiene que resolver de otra manera: con desarrollo, con bienestar, no con el uso de la fuerza. No desgastando más a las instituciones de la república.”
Así es, Obrador pide: “Que regresen los soldados a los cuarteles.” Esto en abril de 2010. El discurso está en Regeneración TV: https://www.youtube.com/watch?v=Cmrsvp7MAYE&t=4s
Respecto a este discurso es que algunos críticos reprochan a López Obrador haber abandonado sus principios al estilo de Groucho Marx: “estos son mis principios, y si no les gustan, tengo otros.”
La sola contradicción entre el discurso del líder opositor y la política del gobernante serviría como evidencia del giro de ciento ochenta grados del político,
Sin embargo, desde 2011 y gracias al hackeo y la filtración por parte de Wiki Leaks, de Julian Assange, pudimos enterarnos de que, en privado, López Obrador proponía militarizar el combate a las drogas en México desde antes de la elección de 2006,.
El 5 de abril de 2011, aproximadamente un año después del discurso civilista citado, Blanche Petrich publicó en La Jornada, diario nada sospechoso de aversión a Obrador, que Anthony Garza, embajador de Estados Unidos en México, se reunió en secreto con AMLO y reportó a su gobierno la opinión del candidato respecto al combate a las drogas en los siguientes términos.
“En el tema de la seguridad, Garza señaló de entrada que la próxima administración en México debía dar prioridad al combate al narcotráfico y al terrorismo. López Obrador explicó su estrategia de dos carriles. Primero, una reforma constitucional para otorgar al Ejército más poder y autoridad en la lucha contra los traficantes de drogas porque –dijo, según este reporte– los militares son menos corruptos que las demás agencias de seguridad y pueden ser más efectivos. Esto, añadió, también acotaría la influencia de la PGR, demasiado corrupta, según la redacción del cable.”
(La Jornada, enlace: http://www.jornada.unam.mx/2011/04/05/index.php?section=politica&article=002n1pol )
La misma nota, centrada en el tema de la militarización fue publicada por El Financiero el 23 de febrero de 2022 (El Financiero https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/2022/02/23/amlo-propuso-a-eu-militarizar-mexico-en-2006-wikileaks/) Posteriormente, con base en el cable de Wiki Leaks, fue retomada por Rubén Luengas en el espacio en YouTube de Julio Hernández, el 14 de septiembre de 2022. (Astillero, en YouTube https://www.youtube.com/watch?v=spmUDAKLzQk) Por esos días, el cable de Garza en Inglés estuvo posteado en el siguiente enlace, aunque ya ha sido borrado https://wikileaks.org/plusd/cables/06MEXICO505_a.html )
Cuando el actual presidente era líder opositor, esta información no tuvo mayor atención. Hoy que la militarización en México es la más amplia, profunda e intensa en la historia reciente, es esencial para entender lo que está pasando.
La existencia de estos documentos nos permite afirmar que López Obrador tuvo, desde 2006 hasta llegar al poder, dos discursos totalmente opuestos respecto a la militarización: uno público, que proponía regresar a los militares a los cuarteles, y otro privado, secreto, tratado solamente ante el embajador de Washington en México, en el que desde antes del gobierno de Calderón, López Obrador proponía militarizar la lucha contra las drogas otorgando más facultades a las fuerzas armadas, como está haciendo. Sin duda los dobles discursos son parte de la estrategia de quien quiere ascender al poder.
No es descabellada la hipótesis de que estos discursos diametralmente opuestos se dirigen a dos tipos de interlocutores: el discurso civilista que propone regresar los militares a los cuarteles se dirige al electorado. Pero el discurso pro militarización se dirige al poder, al gobierno de los Estados Unidos.
Este no es el único caso en el que la política de Obrador contradice sus discursos de campaña. Por lo cual, es legítimo preguntarnos: ¿En cuántos otros temas tuvo el líder opositor y candidato un discurso público electoral en un sentido y otro discurso, en un sentido diametralmente opuesto, ante los poderosos?
Finalmente, es una lástima que haya sido borrado el cable de Garza de la página web, porque contenía alguna otra información de interés público, por ejemplo sobre el gasto de campaña de López Obrador en televisión. Al respecto reportó Garza en su cable:
“AMLO describió su nuevo programa diario de televisión en TV Azteca como un componente importante de la campaña. El espectáculo de media hora se extiende de 6:00 am a 6:30 am de lunes a viernes. El programa se transmitirá todos los días de la semana desde ahora hasta el final de la campaña a un costo total de 20 millones de pesos (aproximadamente 2 millones de dólares).”
Tratándose de políticas que nos afectan a todos, los detalles importan.