Ciudad de México, 26 de mayo de 2024.- A una década de la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, las madres y padres, estudiantes y organizaciones sociales continúan levantando la voz para exigir a las autoridades la presentación con vida de los jóvenes. En esta 116 acción global por Ayotzinapa y México también lamentaron que los candidatos y candidatas ni siquiera mencionan la desaparición forzada como un tema pendiente. “Lamentablemente no hemos tenido respuestas, sin embargo, hemos resistido por el amor que les tenemos a nuestros hijos”.
La marcha, como de costumbre, empezó en el Ángel de la Independencia a las 5 de la tarde. Los rostros de los 43 estudiantes marcaban el paso. Las nubes negras cargadas de lluvia era lo que menos importaba para las madres y padres, sino dejar su grito estridente haciendo eco para que las autoridades observen la inconmensurable esperanza de que regresen sus hijos.
Cincela su corazón de las familias al saber que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador les mintió al prometerles que encontraría a sus hijos. Al contrario, les dio la espalda cuando las investigaciones toparon contra el muro militar. En lugar de protegerlos, optó por defender al ejército mexicano. No han sido entregados los documentos del Centro Regional de Fusión de Inteligencia que por más de un año las madres y padres solicitaron al presidente y al ejército. Sin embargo, su cerrazón los llevó a decir que ya habían entregado todo. Se cerraron las puertas de este gobierno, fue algo más de la demagogia de un gobierno autoritario.
Con suma preocupación, don Emiliano Navarrete, padre del estudiante desaparecido José Ángel Navarrete González, señaló en el mitin en el antimonumento más 43 que las autoridades federales han sido reticentes y “han obstaculizado las investigaciones”. El gobierno mexicano no ha querido investigar a los militares. “Ha puesto barrera para que el ejército no entregue la información que fue mencionada por los expertos. Así, es muy difícil seguir batallando porque no hay disponibilidad de parte de las instituciones del gobierno federal. Las investigaciones tienen que seguir su curso sin tener tantos obstáculos de las mismas dependencias que supuestamente están para esclarecer el caso. No vamos a claudicar y no vamos a dejar esto en la impunidad. Por el amor que les tenemos a nuestros hijos queremos saber dónde se encuentran, dónde se llevó el Estado a nuestros hijos. Hasta el momento sólo han realizado búsquedas simuladas, donde no pueden tener respuestas cuando ellos tienen en las instituciones respuestas muy claras de donde puede estar esa información que nos lleve a saber de nuestros hijos”.
“Lo duro es que como padres y madres seguimos viviendo día a día con el pensamiento que mañana será mejor y que tendremos buena respuesta de dónde están nuestros hijos. Tristemente esa es la vida que lleva uno. Lo digo con toda claridad, no es vida lo que se vive de este lado, con esperanza”, dice con profundo dolor don Emiliano.
El mitin terminó en medio de la lluvia y truenos. Las madres y padres extendieron sus paraguas, nailos y otros sin nada para cubrirse permanecieron en la protesta. Enferma, doña Hilda Hernández, madre de “Manuelito”, hizo el pase de lista de los 43 estudiantes y los caídos de Ayotzinapa con la consigna de presentación con vida y justicia respectivamente.
En esta farsa electorera, símbolo de la continuación de un proyecto de muerte, las madres y padres no dejaron pasar para insistir en su demanda de verdad y justicia. A pesar de la desaparición forzada de los 43 y miles, fueron temas que nunca estuvieron en la agenda de los políticos que suspiran por un cargo público. No les importa más que roer el hueso. Las familias necesitan saber qué pasó con sus hijos, no es un favor, sino la responsabilidad que los gobiernos tienen en dar respuestas científicas y transparentar la participación del ejército en la desaparición de los jóvenes.
Publicado originalmente en la página del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan: https://www.tlachinollan.org/con-la-esperanza-de-que-regresen-nuestros-43-hijos/