Dado que en estos días ocurre un momento grave en la guerra de exterminio contra el pueblo palestino, con bombardeos indiscriminados en Gaza, ahora que los zapatistas del EZLN denuncian agresiones contra sus comunidades bases de apoyo, a algunas personas les causó curiosidad o confusión que entre los nombres de algunos poblados zapatistas aparezca un caracol que se llama “Jerusalén”.
Para colmo, los agresores son de un poblado que se llama “Palestina”. Como se está informando constantemente en redes de la guerra genocida en Gaza, algunos ven como contradictorio que un caracol zapatista se llame “Jerusalén”. Eso pasa porque interpretan el nombre “Jerusalén” como si fuera pro-Israel, lo cual es un error.
Los zapatistas son comunidades autónomas, es decir que se autogobiernan: y no son dogmáticos, no imponen como requisito tener una religión o no tener religión alguna: los hay ateos y creyentes, cristianos de diversas denominaciones, muchos de ellos católicos. Para los indígenas y campesinos católicos y en general cristianos, “Jerusalén” no alude al actual Israel sino a la Jerusalén de la Biblia. Es más bien un símbolo espiritual e histórico y no el nombre de una ciudad actual.
Las denominaciones de los poblados y caracoles zapatistas responden a su entera y legítima libertad para darles los nombres que ellos quieren: Jerusalén, Guadalupe Tepeyac, Francisco Gómez, San Manuel, Javier Hernández, Francisco Villa, Ricardo Flores Magón, Vicente Guerrero, Del Trabajo, La Montaña, San José en Rebeldía, La Paz, Benito Juárez, Francisco Villa y nombres indígenas como Oventik…
En los comunicados zapatistas, siempre que se ha aludido la lucha de resistencia y rebeldía del pueblo palestino es con simpatía y solidaridad. Hace falta sólo tener un poco de paciencia y leer de buena fe los comunicados zapatistas en su página Enlace Zapatista para entender que ellos apoyan la causa del pueblo palestino porque saben lo que es vivir en un territorio asediado militarmente por un ejército enemigo. Las comunidades zapatistas llevan viviendo décadas esa realidad del cerco militar y paramilitar contrainsurgente, ahora agravado por el paramilitarismo criminal y delincuencial.
Para afrontar todas esas violencias, están impulsando compartir con pueblos indígenas no zapatistas la tierra como algo común (no propiedad) para juntos defender la Madre Tierra y defender la vida de sus comunidades.
El zapatismo maya es hoy un ejemplo de una posición lúcida frente a los problemas que amenazan la vida en el planeta, incluidas las guerras. Su mensaje y su praxis son la defensa de la vida y de la pluralidad de los seres humanos: “un mundo conde quepan muchos mundos”.
Por el contrario, es el gobierno mexicano el que mantiene relaciones con Israel, incluidas compras de capacitación bélica y malware espía, y no ha considerado romper relaciones con Netanyahu, pese a que colectivos mexicanos que apoyan al pueblo palestino así se lo piden.
Los pueblos palestino y maya zapatista comparten algo: resisten a guerras de desgaste sostenidas por ´poderes colonialistas que quieren despojarlos de su territorio. Es muy importante apoyarlos y solidarizarse con ellos.
Se puede leer y firmar la acción urgente del Frayba por las actuales agresiones a las comunidades bases de apoyo del EZLN aquí: https://frayba.org.mx/denunciamos-el-riesgo-la-vida-seguridad-e-integridad-personal-de-los-habitantes-bases-de-apoyo-del