Descargar Informe XXX 👉🏽 Memoria imbatible, corazón de acero
En el maremágnum de la violencia
la paciencia colmó los ánimos
de hombres y mujeres
que esperaban de los gobernantes
sensibilidad y sapiencia.
La fuerza y la metralla
siempre acompañaron
a los caciques desalmados.
No toleraron que el pueblo
los increpara
ni que desenmascarara sus tropelías.
Enfurecían
por sentirse intocables,
a pesar de su pésimo desempeño
y detestable comportamiento.
Hace 5 décadas
el mar se tiñó de rojo
con los vuelos de la muerte.
La sierra se transformó
en el campo de batalla
contra los que levantaron la voz,
ante tanta infamia y perversidad.
Hombres y mujeres del campo y la ciudad
actuaron con mucha civilidad,
demandaron respeto a los derechos del pobre
y emplazaron a la autoridad
para garantizar un ambiente de gobernabilidad.
Los militares investidos de gobernadores
arremetieron contra maestros y estudiantes
que demandaban la autonomía universitaria.
Con estos agentes usurpadores
la llama de la rebeldía se expandió
en todos los sectores de la sociedad.
La represión no contuvo la ira de la población.
Salió a las calles para tumbar a los gobernadores.
Las balas quisieron acallar la rabia de los insumisos,
pudo más el poder popular que la bota militar.
El pueblo de Guerrero demostró
que en cada familia hay hijos dispuestos
a pelear con dignidad.
La historia rebelde de nuestra entidad
escrita con sangre de los caídos,
nos devela que la fuerza revolucionaria
es capaz de cimbrar al poder caciquil.
De romper las cadenas de la esclavitud
y sacar del palacio de gobierno
a los traidores.
Los gobernantes sanguinarios
emprendieron la persecución encarnizada
contra los alzados.
Los militares tuvieron permiso para matar
y los pistoleros disfrazados de policías
sembraron el terror
para ultrajar y torturar
a quienes se osaron
en empuñar las armas
para contener la barbarie.
Remontados en la intrincada serranía
las células guerrilleras
crearon sus redes clandestinas
para enfrentar la política gansteril
de gobiernos que cobardemente
contrataba huestes asesinas.
En la densa niebla de la montaña
formaban sus círculos de reflexión
para fortalecer la organización
y afianzar las bases de la rebelión.
Su valor fue inconmensurable
y su heroísmo lo forjaron
con el acero de su dignidad.
Fueron aguerridos e indoblegables.
Fieles a sus ideales de justicia
e implacables contra los forajidos
del mal gobierno.
Guerrero fue el cuartel
de los generales torturadores.
Su infamia no tuvo límites,
asesinaron a sangre fría
en las mazmorras de los policías,
para acallar a los defensores del pueblo.
Las familias pagaron la osadía
de sus esposos e hijos.
Cercaron sus comunidades
para debilitar su resistencia
y doblegar sus ideales de justicia.
Las mujeres bravías nunca sucumbieron,
siempre cumplieron su encomienda
de preparar alimentos para nutrir la resistencia.
La solidaridad fue la red invisible
tejida con ternura y amor
impulsados por el motor
de sus hijas e hijos.
Los militares quemaron casas
y violaron mujeres,
destruyeron cultivos
y se llevaron a los hombres.
Fue una guerra de exterminio
para apagar el fuego de la rebeldía
e imponer el dominio
de la oligarquía.
Hace 50 años
desaparecieron a Rosendo Radilla,
por componer corridos a Lucio y a la guerrilla
y recibir en su casa a los alzados.
El gobierno aplicó su plan telaraña y el rastrilleo
llevándose a las autoridades
y a la gente del campo
para matar a los peces quitándoles el agua.
Los testimonios valientes
de madres, esposas e hijas,
coinciden que a sus familiares
los desaparecieron en 1974.
La furia del Estado por el secuestro de Figueroa
Implantó el terror y desencadenó
la represión más cruenta.
Acosta Chaparro, el general sanguinario,
disparaba en la nuca
a los detenidos en pie de la cuesta.
Los aviones arava de origen israelí
surcaron el pacífico hasta las costas de Oaxaca,
para tirar al mar a los insurrectos.
Los vuelos de la muerte
dejaron una cicatriz imborrable
en las familias de Atoyac.
Han pasado 5 décadas,
y ningún gobierno ha hecho justicia a las víctimas.
Todos han encubierto al ejército.
Lo han colocado en un nicho
para que nunca rindan cuentas por sus crímenes atroces.
Las promesas de investigar estos hechos deleznables
y castigar a los responsables,
fue un discurso hueco del presidente Obrador.
En lugar de colocar a los militares
en el banquillo de los acusados,
los defendió como los paladines
de la cuarta transformación.
Los sobrevivientes y familiares
enfrentaron con aplomo las simulaciones
del huésped de palacio nacional.
Forjaron su lucha en la clandestinidad
fueron perseguidos y criminalizados.
Resistieron los embates de los mismos perpetradores
y del aparato represivo de los gobernadores.
Nunca sucumbieron,
y desafiaron en todo momento
las trapacerías de un poder impune.
Su lucha sigue viva y pujante
con el corazón ardiente
y la pasión incandescente.
La batalla sin cuartel
del líder guerrillero Lucio Cabañas,
cabalga en las sierras y montañas.
Es un torrente inagotable
de resistencia y reciedumbre.
Un símbolo nacional.
Resplandece su ejemplo
por la congruencia y rectitud de su lucha,
por su valor y compromiso con los pobres,
por su entrega y arrojo.
Su lucha sigue vigente
en los parajes del olvido
y en la tierra que lo vio nacer.
Las causas son como las rocas
de la Montaña,
infranqueables e inamovibles por la impunidad.
Por mantener los pactos del silencio
con los bellacos del régimen.
La pobreza sigue cobrando vidas
y pisoteando los derechos
de los descartados por el sistema capitalista,
que se afianza por encima
de los gobiernos conservadores
y progresistas.
En los 30 años
hemos tenido el privilegio
de acompañar a los pueblos indígenas y afromexicanos.
De estar al lado de las víctimas,
luchando palmo a palmo,
padeciendo el desprecio y la animadversión.
Hundidos en el pantano de la violencia y la discriminación.
La militarización se enseñoreó en Guerrero
con los gobiernos de todos los colores
sin excepción alguna se han plegado a sus dictados macabros
siendo cómplices de sus atrocidades.
Han dejado en sus manos manchadas de sangre
la seguridad del pueblo guerrerense
y les han otorgado la facultad de investigar los delitos.
El poder militar desangra nuestro estado
porque mantiene intocada la estructura delincuencial
enquistada en el aparato gubernamental.
En lugar de investigar a los violadores de derechos humanos,
la guardia nacional indaga a los ciudadanos.
La construcción de la paz
en Guerrero es una simulación
que busca desarticular las luchas
del movimiento social.
Las personas desaparecidas
siguen vivas en la memoria colectiva,
siempre están presentes
y el grito de “vivos los queremos”
retumba en los palacios de gobierno.
Las autoridades han ignorado a las víctimas.
y cerrado las puertas del diálogo.
Para el poder
son personas incómodas e intransigentes,
irreverentes ante el presidente.
Son firmes y veraces,
duros y estridentes.
Son la piedra en el zapato de los gobernantes.
2024 marcó la década de la impunidad,
con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador
optó por colocarse en las filas del perpetrador.
Denostó a los abogados e ignoró los hallazgos del GIEI,
presentando un informe desolador.
Su gobierno defendió al ejército hasta el último instante,
nunca lo obligó a entregar los 800 folios.
Pudo más el poder militar
que la palabra presidencial.
Las madres y padres de los 43
lograron vencer todos los obstáculos y traiciones del poder.
Tuvieron la fortaleza para soportar las crudas revelaciones
de los perpetradores.
A pesar del sufrimiento extremo
su memoria es imbatible y su corazón de acero.
El amor por sus hijos es eterno:
Hijo yo nunca te abandonaré.
Escucharé siempre tu voz,
acariciaré tu rostro en mis sueños
y sentiré en todo momento los latidos de tu corazón.
En México y otros países,
miles de amigos y amigas
están junto a nuestro corazón
y exigen al gobierno
que sea veraz y transparente.
La razón nos asiste,
las mentiras de los presidentes se derrumban
y sus traiciones quedan bajo el escrutinio del pueblo,
del que tanto hablan.
Nadie me arrebatará el derecho de estar a tu lado,
de contemplarte en mis noches de aflicción
y de colmarte de bendiciones.
Esperaré pacientemente
tu regreso a la casa que te vio nacer.
Publicado originalmente en la página del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan https://www.tlachinollan.org/informe-xxx-memoria-imbatible-corazon-de-acero/