Por el Centro de Información Palestino
Cisjordania, Palestina, 15 de febrero de 2025.- Apenas pasa un día sin que las excavadoras de la ocupación israelí hundan sus colmillos para destruir una casa o una instalación en Cisjordania, como parte de una política sistemática dirigida al desplazamiento forzado y la limpieza étnica, en conjunción con el aumento del frenesí por los asentamientos y los esfuerzos de la ocupación por anexionarse la Ribera Occidental e imponer su soberanía sobre ella, en medio de un silencio internacional que equivale a complicidad.
En los últimos días se ha producido una escalada sin precedentes de los delitos de demolición, ya que las fuerzas de ocupación destruyeron cientos de viviendas e instalaciones, desplazaron a miles de palestinos, entre ellos mujeres y niños, y los dejaron sin hogar en condiciones humanitarias catastróficas.
Las demoliciones se concentraron en Hebrón, Jericó y la Jerusalén ocupada, además del norte de Cisjordania, que ha sido objeto de un ataque militar a gran escala por parte de las fuerzas de ocupación durante semanas, que ha provocado la destrucción de cientos de viviendas y el desplazamiento de casi 40.000 ciudadanos.
Testimonios sobre el terreno
El 10 de febrero, las fuerzas de ocupación israelíes llevaron a cabo demoliciones a gran escala en tres aldeas de la zona de Masafer Yatta, al sur de Hebrón, durante las cuales destruyeron nueve casas, cuevas, tanques de agua, paneles solares y proyectos agrícolas en las comunidades de Janba, Mughayer Al-Obeid y Khallet Al-Dabaa. Según un comunicado del Centro Palestino para los Derechos Humanos (CPDH), estos ataques provocaron el desplazamiento de nueve familias, que sumaban 57 ciudadanos, entre ellos 35 niños y 9 mujeres.
Abdul Rahman Abu Hamid, uno de los afectados por la demolición, dijo: “Los soldados de ocupación llegaron al amanecer, ni siquiera nos dieron tiempo de sacar nuestras cosas, destrozaron todo frente a nuestros ojos y dejaron a nuestros hijos a la intemperie. ¿A dónde vamos? Esta es nuestra tierra y no la abandonaremos”.
El 8 de febrero, las autoridades de ocupación obligaron a dos ciudadanos a demoler sus casas en las aldeas de Um Tuba y Jabal Al-Mukaber, en la ciudad ocupada de Jerusalén, con el pretexto de construir sin permiso, lo que provocó el desplazamiento de dos familias de 11 miembros, entre ellos dos mujeres y siete niños.
Hassan al-Jabari, cuya casa fue demolida por la ocupación en Jerusalén, dijo: “Construí mi casa con el sudor de mi frente, y sabía que vendrían a demolerla en cualquier momento, pero no tenemos otra opción. O lo demolemos con nuestras propias manos o la ocupación asume los costos de la demolición, que ascienden a decenas de miles de shekels (cientos de miles de pesos mexicanos), en ambos casos perdemos”.
Estadísticas impactantes: escalada sistemática de demolición y desplazamiento
El 4 de febrero, las fuerzas de ocupación israelíes demolieron seis casas de hojalata en el campamento de refugiados de Aqbat Jaber, al sur de Jericó, desplazando a 14 palestinos, una casa en construcción, una instalación de recogida de chatarra y la red eléctrica en la zona occidental de la ciudad de Idhna, al oeste de Hebrón.
Según el CPDH, desde principios de este año, las fuerzas de ocupación israelíes han demolido 188 estructuras, incluidas 113 viviendas, incluidas 17 casas cuyos propietarios se vieron obligados a autodemolerlas en la Jerusalén ocupada, y 30 casas con el pretexto de no tener licencia. Las demoliciones también se centraron en las casas de cuatro prisioneros en la ciudad de Tulkarem como parte de la política de castigo colectivo, y afectaron a otros 75 negocios.
Además de las demoliciones, las fuerzas de ocupación israelíes destruyeron cientos de otras viviendas, en su totalidad o en parte, durante sus campañas militares en gran escala contra Yenín, Tulkarem y Tubas, que se han prolongado durante semanas y han provocado el desplazamiento de miles de ciudadanos.
Los asentamientos se intensifican en medio del silencio internacional
Al tiempo que demuelen viviendas palestinas, las autoridades de ocupación israelíes siguen construyendo miles de nuevos asentamientos y confiscando tierras palestinas en beneficio de los colonos, como parte de una política encaminada a imponer un nuevo hecho consumado demográfico, en preparación para la anexión gradual de Cisjordania.
El activista de derechos humanos Mahmoud Abu Rahma afirma que lo que está sucediendo es parte de un plan deliberado para controlar la tierra palestina, y agrega: “La ocupación no solo destruye, sino que reemplaza a la población indígena con colonos. Cada casa palestina demolida va acompañada de la construcción de una nueva unidad de asentamiento. Se trata de un crimen de guerra documentado, y la comunidad internacional es cómplice con su silencio”.
Crímenes de guerra
El CPDH afirma que las demoliciones y los desplazamientos forzados llevados a cabo por las fuerzas de ocupación constituyen crímenes de guerra, de conformidad con el Cuarto Convenio de Ginebra, que prohíbe el castigo colectivo y la destrucción ilegal de los bienes de la población ocupada. La aceleración de la actividad de asentamientos es una violación flagrante de la Resolución 2334 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que afirma la ilegalidad de los asentamientos y pide su cese inmediato.
Mientras Israel continúa con sus políticas expansionistas, los palestinos siguen comprometidos con su tierra a pesar de todos los crímenes y violaciones. A pesar de los intentos de desplazamiento y desarraigo, los palestinos afirman que estas políticas no les disuadirán de quedarse y mantenerse firmes.
Mientras siguen aumentando las demoliciones y los asentamientos, la pregunta más importante sigue siendo: ¿Cuándo actuará la comunidad internacional para hacer que Israel rinda cuentas y poner fin a estos crímenes contra el pueblo palestino?
Publicado originalmente en la página del Centro de Información Palestino: https://palinfo.com/news/2025/02/15/939904/